Por Gabriel Barrera
Para Alfredo Gutiérrez, nacido en Buenaventura, la fotografía es su pasión. Con 35 años de experiencia en el oficio, este reportero gráfico ha adquirido agudeza visual y rapidez en sus dedos al obturar su más preciada amiga, la cámara. Es así como Alfredo logra captar las mejores instantáneas en otro de sus temas preferidos, el deporte.
Fue así como el pasado 8 de diciembre de 2017 cuando la FIFA anunció en Moscú el calendario para el Campeonato Mundial de Fútbol 2018, este porteño de contextura alta y fornida pero de mirada cálida preparó sus documentos como en los seis mundiales anteriores que cubrió y pidió su respectiva acreditación ante el máximo ente rector del fútbol.
El 6 de junio de 2018, el homónimo del famoso cantante vallenato, inicia con muchos sacrificios un viaje con más de 30 horas de vuelo con escalas en Nueva York, Ginebra y Viena para finalmente llegar a Moscú, sede principal del evento mundialista.
“Apartarse de la familia por más de un mes no es fácil, más cuando recientemente perdí a mi hija adoptiva, Lucian, ante la aparición de su mamá natural”, cuenta Gutiérrez entre lágrimas y con la respiración entrecortada.
Ya en el viaje otro de los obstáculos con el que se encuentra es el idioma, a pesar de que el inglés es el idioma universal y que algo entiende, la gran mayoría de avisos para desplazamientos están en ruso y eso hacía las cosas más difícil.
“Compartí la litera del tren con otros periodistas de distintas nacionalidades, fue muy divertido, sobre todo con los orientales. Es así como en los largos desplazamientos a Samara, Kazán, Saransk, San Petesburgo, Sochi y Moscú, fueron de gran aprendizaje y de conocimiento de parte de la vasta geografía rusa. Allí el celular fue de gran ayuda, ya que lo utilizamos frecuentemente en el programa de traductor que nos facilitaba entendernos de mejor manera”, relata Alfredo.
MIS FOTOS
Luego de tomar más de mil fotos, Alfredo logró plasmar con su lente los rostros de las familias conformadas por diferentes nacionalidades unidas por un balón que desde las gradas alentaban con pasión a sus selecciones.
Espiritualidad Colombiana: Es una foto que muestra a un hincha vestido y pintado con los colores de la tricolor pidiendo al Altísimo una ayudita extra para que Colombia avanzara en el mundial, ayudita que apareció en las postrimerías del partido con Inglaterra, donde Yerry Mina logra empatar el juego de golpe de cabeza y forzar los lanzamientos desde el punto penal.
Disciplina Nipona: Esta instantánea capta a dos hinchas japoneses, en ademán de las artes marciales con la mística y carácter de su cultura. Así como estos hinchas, Japón realizó un excelente mundial clasificándose a octavos de final.
Polonia: Esta fotografía capta de buena forma la esencia del deporte, rivalidad en el campo, hermandad en la tribuna. Ese día aunque Colombia goleó a Polonia 3-0. La fiesta y unión en las tribunas entre colombianos y polacos fue sensacional.
De Irán con Amor: Esta imagen capta de manera precisa el amor en su máxima expresión, el de una pareja, el de un país, el de una afición. Hace pocos años era difícil observar a una mujer iraní en los estadios a la par con los hombres. Ahora no solo es posible sino romántico.
Familia Fútbol: Esta foto capta a padre e hija con fisonomía europea alentando a Colombia. Reflejando que muchos fanáticos con o sin selección participando en el mundial se enamoraron de los colores amarillo, azul y rojo.
Con estas fotos, se demuestra que a través del deporte y quienes lo viven, los hinchas, se construya un mundo más solidario, sin importar el triunfo o la derrota, y donde los valores y el buen comportamiento sean los grandes embajadores de quienes nos representan en el mundo, alentando a nuestras delegaciones deportivas.