Rigo confía que haya Tour / Nairo prefiere la carretera / Dudas sobre el Tour

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El ciclista colombiano Rigoberto Urán, del EF Pro Cycling, consideró que sería “una catástrofe” que el Tour de Francia no pudiera disputarse en 2020 y auguró que, en caso de que se suspendiese la ronda gala, “de los 18 equipos sólo tres podrían sobrevivir”.

 

En declaraciones a la federación colombiana de ciclismo, Rigoberto Urán mostró su preocupación por la “crisis económica” que puede azotar la disciplina debido a la pandemia.

 

“El ciclismo es un deporte pobre porque solamente es apoyado por las empresas. Si no se corre el Tour, sería una catástrofe. Por ejemplo, de los 18 equipos sólo tres podrían sobrevivir, a los otros les tocaría muy complicado. En este momento hay tres equipos fuertes económicamente”, expuso el ciclista colombiano.

 

Rigoberto Urán confía en que el Tour de Francia, programado inicialmente del 27 de junio al 19 de julio, pueda disputarse finalmente entre el 29 de agosto y el 20 de septiembre.

 

El aplazamiento de la prueba fue acordado entre los organizadores y la Unión Ciclista Internacional, tras la decisión del Gobierno francés de impedir la celebración de eventos masivos antes de mediados de julio con el objetivo de luchar eficazmente contra la propagación del coronavirus.

 

“No es problema, porque agosto o septiembre es buen tiempo en Europa, es terminando el verano. El Mundial en septiembre tampoco es problema, pero ya en octubre cambia. Nosotros muchas veces hemos corrido Lombardía en octubre y, aunque estamos a nivel del mar, hace frío.

Ya para esa época subir los Dolomitas es complicado, empieza a nevar. Y ni hablar en noviembre La Vuelta a España, haría más frío. Sé que las quieren salvar y es importante. Si nos dicen que corremos con frío, pues con frío, pero también habrá que esperar si todo está solucionado, si nos dejan viajar, si nos dejan entrar a Europa o si en Colombia nos dejan salir”, reflexionó.

 

Urán aseguró que “va a ser difícil volver a la vida normal” tras la crisis sanitaria motivada por la COVID-19.

 

“Será un poco duro pero hay que continuar. Espero que todo se solucione, que se encuentre una vacuna, que las personas consigan empleo, que la economía mundial vuelva a estar bien, que aprendamos que hay que valorar todo: salir a la calle, a un bar a tomarse una cerveza, viajar. Son cosas normales y uno va a valorar mucho eso. Lo que uno espera es que todo vuelva a la normalidad”, deseó

NAIRO PREFIERE LA CARRETERA

En Instagram con la Federación de Ciclismo, Nairo contó el poco cariño que le tiene a los rodillos pero es la única alternativa que los pedalistas tienen para mantenerse en buena forma física.

 

“A mí me cuesta montarme en esto, es muy difícil, no tenía el hábito, nunca había hecho más de una hora”, reveló el corredor del Arkéa, que ahora entrena en su hogar.

 

Tampoco se declaró partidario de las carreras virtuales, pues prefiere estar en carretera preparando sus próximas competencias.

 

El Tour de Francia, en el que anhela hacer realidad el sueño amarillo, es una de ellas. “Fue bueno correrlo unos meses, porque cancelarlo sería muy riesgoso para los equipos, muchos se podrían acabar y eso resultaría catastrófico. Aunque sea tarde, sin público, o como sea, se debe hacer porque garantiza la continuidad del ciclismo”.

 

El corredor contó que en unos días donará una de las maglias rosas que usó en el Giro de Italia que ganó en 2014, para una rifa con la que espera recaudar dinero y así entregar mercados a los afectados económicamente por la pandemia.

 

También dijo que parte de los ingresos que reciba por la tercera edición del Gran Fondo que lleva su nombre y que se realizará el 29 de noviembre, también tendrán el mismo fin

 

QUIEN SABE SI HABRÁ TOUR

 

Tres reputados virólogos consultados por Sporza se han mostrado tremendamente pesimistas de que el Tour de Francia, la piedra angular sobre la que se está construyendo el nuevo calendario ciclista, pueda celebrarse en este 2020. “A menos que el Tour de Francia esté organizado de una manera casi irreconocible, habrá serios problemas de salud al comienzo de la carrera en agosto«, dijo Benjamin Cowie, profesor de epidemiología en la Universidad de Melbourne.

En ese mismo sentido, los virólogos muestran un amplio acuerdo en que celebrar un Tour de Francia con público en el mes de agosto no es una gran idea. “Todos hemos visto imágenes de cómo se junta el público en subidas como el Izoard o el Tourmalet. Eso es completamente imposible», aseguró Stefano D´Amelio, profesor de enfermedades infecciosas en la Universidad de Roma.

 

Una situación que no sólo afecta al Tour ya que, según estos mismos expertos consultados por el canal belga, también el Giro de Italia pondría en grave riesto a los aficionados. “Es muy probable una segunda ola de contagios. La hipótesis ahora es que la segunda ola, que será menos severa, llegará en septiembre u octubre. Eso coincide con el Tour y el Giro. Lo siento», sentencia D’Amelio.

 

La cercanía entre los aficionados y los deportistas, una de las grandes señas de identidad del ciclismo, no haría más que añadir peligro a la situaciñon. “Hay evidencia de que los ciclistas están esparciendo gotas contaminadas que alcanzan hasta 4 o 5 metros”, señala Dean Winslow, profesor de enfermedades infecciosas en la Universidad de Stanford.

 

Además, las circunstancias serían todavía más peligrosas para los propios corredores. “Si los ciclistas se encuentran en el período de incubación e hicieran ese tipo de esfuerzos durante la fase inicial de una infección, eso podría hacer que el impacto fuera mucho mayor”, añade Winslow.

 

Cowie no es optimista respecto a posibles soluciones que ayuden a minimizar los riesgos. “Para ser honesto, es muy difícil pensar en medidas para que sea seguro para los corredores, especialmente debido al intenso contacto entre los corredores y la larga duración de esos mismos contactos durante el Tour”.

 

Ni siquiera mantener a los corredores aislados antes del arranque de la carrera sería una solución completamente segura. “La cuarentena por adelantado para los corredores ayudaría, pero no puede eliminar completamente el riesgo de contaminación. Con la presencia de espectadores que no pueden permanecer a una distancia segura entre si mismos y los corredores, estos deberían usar una mascarilla«, algo imposible en este deporte

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